A Cesar Vidal, ilustre presentador de "La Linterna" en cadena COPE.
Digo "ilustre" porqué lo es, es un personaje muy ilustrado, historiador, con numerosas publicaciones de éxito. Pero también podríamos decir de él que es el "azote" radiofónico de la España mas rancia y conservadora. A la sombra de su maestro, Federico el del Pico, proclama a los 4 vientos mediáticos, sus opiniones sin limite deontológico ni moral. En muchos medios de comunicación se destacan, principalmente, las "bravatas" de Losantos, pues con los años se ha ganado el tener el foco iluminador fijado en él, pero ello hace que "a la chita hablando" (porque callar, lo que se dice, no calla), las opiniones de "Don Cesar" queden en segundo plano, que no quiere de decir que no calen en un amplio sector de la España interior.
Un señor que se permite decir, sin que al parecer reciba ninguna querella, cosas tan graves como "el gobierno nacional-socialista" de Catalunya, entre otras.
Sr. Vidal, se está refiriendo a un gobierno democráticamente elegido, y que en su atril proclama como NAZI, y no una vez, sino que noche tras noche de programa, repite dicho adjetivo sin reparo.
Señor Vidal, usted pide respeto a un España, esa que se define como: una, grande y libre, a costa de insultar a la otra España, la definida como democrática, plural y moderna. Usted no tiene la excusa de la ignorancia, y como ilustrado historiador debería saber que la que fue tristísima historia de franquismo, ya pasó. Si siente nostalgia, se compra la colección completa del No-Do y solito, en su casa, se lo mira hasta adormecerse , y mañana, saldrá el sol y, en democracia, nos gustará oír noticias, opiniones y tertulias sin ese desprecio que usted proyecta.
Haganos un favor a todos, Don Cesar, emperador que sueñas con retomar tus posesiones de las provincias Vascongadas y a esos supuestos nazis que proclamas de las provincias catalanas. Yo, en mi humilde posición no te llamaré nazi, porque no quiero estar a tu altura, pero como historiador deberías saber que los nazis de verdad salían del No-Do que tu babeas y recuerdas cada noche con tus "tertulianos" amaestrados.
Alguien dirá: si no te gusta lo que dicen, cambia de dial, no escuches. Si, tal vez, pero se seguirá difamando iinsultando gratuitamente con la liturgia reaccionaria y fascista y todo, bajo el manto protector del Episcopado. A eso no se le puede llamar libertad de expresión.
Sr. Vidal, usted cruza cada noche la linea roja, no cumple el código de convivencia, se salta los semáforos y no cruza por el paso de cebra. Sr. Vidal, ponga un STOP en su vida. Se lo agradeceré.
viernes, 7 de septiembre de 2007
El Pico de Federico (Losantos) (I)
Hay Federico, que gran pico el tuyo!!
Ante todo mi admiración por tu evolución, por pasar de periodista radiofónico a Mesías de las ondas, a líder espiritual de las Sub-Españas, a voz contundente y sentenciadora de nuestras vidas.
Te escucho, si, en las mañanas que me toca madrugar, escucho el paso-doble de tu sintonia en el coche, entre el intenso tráfico matinal, te escucho.
Que pico Federico!, te escucho un poquito, para saber de que humor te has despertado (siempre el mismo, agrio como la hiel), para saber quienes serán tus victimas virtuales del día, y así, saber de quien comparecerme. Y luego te quito, porque las drogas han de ser en pequeñas dosis, abusar de ellas te vuelven tonto o te matan, y tu, divino Ser mediático, de mucho en mucho, me destrozas las neuronas.
Tu y tu pico, en pequeñas dosis me activas, me haces ver como se puede manipular la información en busca del caos, a veces abstractos a veces claros intereses por destruir aquello que es sagrado, la convivencia entre las personas. Tu, Federico, en tu amargura, en tu desgarro interior fruto del remordimiento hacia algunos o hacia casi todos, te dedicas, en lo alto de tu atril y como buen pseudo-católico, a proclamar vaticinios y catástrofes.
Y si, es cierto que mucha gente te escucha y te cree, porqué para ellos es mas fácil creer que querer saber, me explico, es mas sencillo, desde esa España interior, no viajada, no cosmopolita, que se mira al ombligo sin mirar con los ojos, ni escuchar con las orejas, vegetar con tus visiones que utilizar el cerebro para contrastar, comparar y entender.
Y tambien hay esa segunda sub-España, esa que es inteligente, muy lista, listísima, que sabe, que viaja y tiene información, pero que le interesa tu discurso mesianico y lo utiliza como altavoz, por que tu les das lo que quieren: crispación, división social y pesca, para pescar mucho en rio revuelto.
Tu, Federico, el del pico, eres su como su pequeña marioneta, te rodeas de "peridistiquillos" de segunda, que te lamen las heridas cuando te ponen alguna querella, que babean tus ocurrencias como si de "palabras de Dios" se tratase, y que son tus fieles, tu iglesia.
Hay!!, que pico el de Federico, los Jimenez y los santos que llevan tu apellido, algún día te dirán: tranquilo Federico, no hables tanto y piensa, recapacita y vocaliza, que con las prisas de tu verborrea , un día te morderás la lengua y te brotará el veneno que llevas dentro, y entonces todos perderemos a un gran líder de "masas" (inertes).
Ante todo mi admiración por tu evolución, por pasar de periodista radiofónico a Mesías de las ondas, a líder espiritual de las Sub-Españas, a voz contundente y sentenciadora de nuestras vidas.
Te escucho, si, en las mañanas que me toca madrugar, escucho el paso-doble de tu sintonia en el coche, entre el intenso tráfico matinal, te escucho.
Que pico Federico!, te escucho un poquito, para saber de que humor te has despertado (siempre el mismo, agrio como la hiel), para saber quienes serán tus victimas virtuales del día, y así, saber de quien comparecerme. Y luego te quito, porque las drogas han de ser en pequeñas dosis, abusar de ellas te vuelven tonto o te matan, y tu, divino Ser mediático, de mucho en mucho, me destrozas las neuronas.
Tu y tu pico, en pequeñas dosis me activas, me haces ver como se puede manipular la información en busca del caos, a veces abstractos a veces claros intereses por destruir aquello que es sagrado, la convivencia entre las personas. Tu, Federico, en tu amargura, en tu desgarro interior fruto del remordimiento hacia algunos o hacia casi todos, te dedicas, en lo alto de tu atril y como buen pseudo-católico, a proclamar vaticinios y catástrofes.
Y si, es cierto que mucha gente te escucha y te cree, porqué para ellos es mas fácil creer que querer saber, me explico, es mas sencillo, desde esa España interior, no viajada, no cosmopolita, que se mira al ombligo sin mirar con los ojos, ni escuchar con las orejas, vegetar con tus visiones que utilizar el cerebro para contrastar, comparar y entender.
Y tambien hay esa segunda sub-España, esa que es inteligente, muy lista, listísima, que sabe, que viaja y tiene información, pero que le interesa tu discurso mesianico y lo utiliza como altavoz, por que tu les das lo que quieren: crispación, división social y pesca, para pescar mucho en rio revuelto.
Tu, Federico, el del pico, eres su como su pequeña marioneta, te rodeas de "peridistiquillos" de segunda, que te lamen las heridas cuando te ponen alguna querella, que babean tus ocurrencias como si de "palabras de Dios" se tratase, y que son tus fieles, tu iglesia.
Hay!!, que pico el de Federico, los Jimenez y los santos que llevan tu apellido, algún día te dirán: tranquilo Federico, no hables tanto y piensa, recapacita y vocaliza, que con las prisas de tu verborrea , un día te morderás la lengua y te brotará el veneno que llevas dentro, y entonces todos perderemos a un gran líder de "masas" (inertes).
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